—Empiezan moviendo las blancas. Peón a 1.e4.
Esta anotación es la algebraica. Es la más moderna y aceptada actualmente.
Adelanta tu peón a la casilla e4.
Eva tomo su peón de rey y lo adelantó dos
casillas.
—¡Correcto! Así es. Aprendes rápido.
—¡Que va! Soy muy torpe, pero te agradezco
tu ánimo, eres buen profesor.
—No seas exagerada. Tan solo lo intento.
Después de un momento
de silencio añadió:
—Entonces. ¿Tu héroe
terminó con problemas mentales?
—Sabes de sobra que no
es mi héroe. Solo que es reconocido como uno de los mejores jugadores de
ajedrez de todos los tiempos. Y sí... Terminó enfermando de locura. Pero la
enajenación no tiene nada que ver con este juego. Lo importante es que puedes
aprender de su estrategia si consigues estudiar sus movimientos.
—¡Si! ¡Si! Seguro. Tú
lo que quieres es que acabe majareta yo también.
—No digas tonterías.
Como voy a querer eso —aparté la mirada directa de sus ojos, ahora creo que el que se había ruborizado era
yo—. A ver me toca a mí, muevo 1…d5.
—¿Y ahora que se supone
que debo hacer yo? —añadió.
Creo que Eva se
empezaba a interesar de verdad por este juego.
—Espera no seas
impaciente, yo te voy diciendo. Ahora blancas mueven 2.PxP. Tienes que capturar
el peón —le dije mirándole a los ojos—. Los peones se mueven hacia delante pero
capturan cambiando de columna.
—Ah, me gusta, así me
como tu peón.
—Ahora yo, me toca
mover 2…Cf6, saco el caballo de la octava fila, y amenazo el tuyo.
—Si el caballito salta
en forma de «L» —repuso ella de forma graciosa.
—Ahora mueves tú —le
dije sin apartarle la mirada—. Avanzas un nuevo peón a 3.d4. ¡A mira! —exclamé,
admirado por el genial movimiento de Morphy—. Las blancas pasan de defender el
peón solitario.
—¡Que lastima! El pobre está destinado a
morir.
Al mover las piezas, notaba como mi prima se
balanceaba sutilmente sobre el tablero. Llevaba puesto un vestido blanco con
unas florecitas rojas y hojas estampadas entre color verde y ocre que
graciosamente se entrelazaban con aquellas. Todo abotonado por delante, menos
unos ojales sueltos en el pecho que dejaban entrever la parte superior de su
bikini.
—Me toca. Muevo 3…CxP, con mi caballo —el
más pequeño que era de plástico—, capturo tu peón. ¿Sabes? Tu padre me ha dicho
que me va a hacer uno de madera, que me quedara igual que los otros, hasta el
punto de que ni siquiera notaré la diferencia.
—¡Mmm! Pues eso no se lo suele decir a mucha
gente, creo que tiene esperanzas puestas en ti.
—¿Esperanzas? No quiero que nadie tenga
expectativas sobre mí… que luego yo no pueda cumplir, y por ello tenga que
quedar como un deudor.
—No seas así. Tan solo
es un detalle. Y con que se lo agradezcas bastara.
—Bueno, en todo caso si
quedara igual que los otros, valdría la pena el trabajo.
Ella me miraba atañida, mientras hundía la
falda de su vestido entre sus piernas, balanceándolas de un lado para
otro.
—Ahora te toca a ti.
Mueve 4.c4, —le dije con voz nerviosa, que sin duda captó, soltándose un botón
más de su vestido, ella avanzó el peón de alfil, provocando a mi caballo—. Yo
retrocedo —trémulo—, mi caballo a 4...f6.
Continué diciendo:
—Te toca mover a 5.Cc3.
—Salta caballo mío.
Mi contrincante ahora
decidida avanza su caballo abriendo su flanco de dama, que aprovecho para poner
en juego mi incisivo alfil.
—Entonces yo muevo a
5…f5, penetrando en su defensa ya abierta… Ahora como bien pensó Morphy, tienes
que hacer que tu segundo caballo entre en juego en 6.Cf3
—Así que con mi otro
caballo salto por encima de las demás piezas blancas.
—Ahora como me interesa
abrir la diagonal de mi alfil en cuadros negros
muevo de forma agresiva 6…e6. Decidido a ir a por todas… ¡Te toca! Ahora
debes mover tu alfil en cuadros negros a 7.e3. Para defender el débil peón en
d4. ¡Ah! ¡Groso error! Me abres todas tus defensas y me dejas la iniciativa… ¿O
es una provocación?
Hago un torpe
movimiento tirando una pieza al suelo, me repongo rápidamente y continúo
diciendo:
—Aprovecho la oportunidad y ataco presto con
mi alfil que hasta ahora no había entrado en juego a 7…b4. Dejando paralizada
tus defensas y cortando tu salida... Ahora en una acción desesperada
contraatacas de forma firme con la Dama en 8.Db3. Amenazando mi alfil, o por el
contrario, provocadoramente me ofreces tu caballo. Yo accedo gustosamente
despojando tu retaguardia, con 8…AxC. Jaque al rey. Ahora estas a merced de mi
ataque...
No hay comentarios:
Publicar un comentario